"¿Buenas noches qué desea? Tengo ganas de explotar y decir al Mundo lo que te quiero. Gritar a los cuatro vientos que soy feliz. Quiero perderme en tus brazos, sentarme en una estrella y ver todo a mi alrededor. Deseo... Deseo ser quien te haga sonreír. Quiero sentir tristeza, alegría, celos, volar, miedo, calor, frío también, felicidad, cosquilleos o dolor de estómago si eso significa que estás a mi lado. Ayúdame a descubrir una nueva aventura. ¿Tú qué dices?"
Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie. Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.