-¿Tú cuándo soplas las velas de tu tarta no pides un deseo?
-No, a mí no me hace falta pedir deseos. Hace mucho que no me conceden ninguno desde que cumplió el más grande.
-¿A sí? ¿Cuál?
-Tú.
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.