Realmente, ¿de quién depende nuestra vida? ¿Somos unas simples marionetas en manos de un desconocido? En un segundo noto como con un ligero toque desplazas mi pierna derecha. Con un golpe más fuerte, las cuerdas enredadas en tus manos, elevan mi cuerpo haciéndolo volar. Por un momento he creído respirar, he creído estar libre, por un momento... Miro hacia arriba y te veo. Esas grandes y fuertes manos las cuales sostienen mi vida como si de una ligera pluma se tratase. Ahora miro a los lados y veo esas cuerdas que ahogan mi libertad, que amordazan mis sueños, las mismas que se mueven siguiendo tus caprichos, al son de tus latidos. Entonces, ¿quién tiene el control en nuestras vidas? Tú, ¿verdad? Tú decides quien está a mi lado, quien será mi compañero de viaje, querido desconocido.
Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie. Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.