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Día uno.

Hoy te despiertas temprano, no tienes ganas de levantarte de la cama pero algo te incita a hacerlo. Te dejaste el libro en la planta de abajo. Te levantas de tu solitaria cama como todos los días pero lo que no sabes es que hoy será especial. Bajas las escaleras sin más motivo que coger ese libro, entras en la cocina y hueles el café que hiciste anoche antes de dormir.  Una buena taza de café y comienzas a leer...
"Día 1 de mi camino hacia el olvido pero no me lo estás poniendo nada fácil. Hoy he recorrido kilómetros en busca de una respuesta pero aún no he encontrado nada. Cada dos segundos tu imagen aparece junto a mí y camina conmigo. Hablo con ese ser aunque sé que no eres tú. Una mera proyección de mis pensamientos..."
La Chica del Botón Rojo avanza en su búsqueda. Será difícil pero supones que saldrá adelante. Te levantas a por un trozo de bizcocho. Sigues pensando en por qué tiene ella que embarcarse en dicha aventura. ¿Por qué tiene que sacrificar su amor antes de otoño? Aún sigues sin entenderlo.
"Llevo el Sol tatuado en mi espalda pero ni el calor ni la falta de de sueño harán que mi camino cese. Unos kilómetros más y aún sin respuesta. Necesito una señal, algo que me indique que estoy siguiendo un buen camino, el correcto. Por más que pido no ocurre nada. Sigues apareciendo en diferentes puntos "¿Qué tal lo llevas? ¿Quieres agua? ¿Necesitas descansar?..." Preguntas que obtienen su contestación pero... ¿Y las mías? "¿Me puedes ayudar a encontrar el elixir? ¿Voy por el camino correcto? ¿Me esperarás cuando vuelva?..." Ninguna respuesta y demasiadas preguntas. Demasiadas..."
¿Cuántos días harán falta para encontrar la respuesta? El timbre suena. Qué extraño, nadie suele llamar a estas horas de la mañana. ¿Quién será? Te acercas a la puerta pero por la mirilla no alcanzas a ver a nadie. Abres y ves un paquete. Lo abres y ves que es una llave. ¿Qué abrirá esta llave? Lo metes en casa y decides seguir leyendo.
"Van pasando segundos, minutos e incluso horas y sigues aquí. Si quiero olvidarme de ti, "desenamorarme" de "El Chico Misterioso" así no me ayudas. ¿Cómo consigo andar y no pensar en ningún momento contigo? Demasiadas preguntas... Pararé a descansar, ya he recorrido bastante por hoy...Superaré esta prueba, La Chica del Botón Rojo..."







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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...