Cada uno tiene su historia, algunos en parejas comparten fragmentos. Unos duran más, otros simplemente tres líneas. Otras las comparten grupos de tres, cuatro personas y eso ya no es bueno.
Pero no es triste pensar en esas tres míseras líneas. A veces tres cuatro líneas son más intensas que toda una vida, que quinientas cuatro páginas escritas a mano.