Ir al contenido principal

Y si no se da el caso...

Sin quererlo, el primer pie en pisar el suelo hoy fue el izquierdo.
Das el último trago al café con tal mala suerte que se derrama en la mesa.
Desesperación.
Ya una vez en la calle, abres el paraguas y lo que era de esperar, el viento hizo presencia. Combinación perfecta, lluvia y aire.
Miras al infinito, hoy no es tu día. Hoy te levantaste con el pie izquierdo.

Te lamentas por el camino, sin darte cuenta avanzas hablando sola, maldiciendo al viento, a la lluvia, a ti misma por haber salido de casa.
Calada llegas al trabajo y de vuelta a casa, más de lo mismo.

Otro día más, nadie para ofrecerte una manta y un chocolate caliente al llegar a casa.
Lo mejor del otoño es tener alguien con quien compartirlo. Pero, ¿y si no se da el caso? ¿Qué es lo mejor del otoño? ¿La fría soledad? ¿los paraguas rotos?

Entradas populares de este blog

En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...