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San Alberto

¡Chan Chaaaan! Llegó Noviembre qué lista soy, estamos a 15 ¡un poco más y se acaba! y con él: el frío, la lluvia, los abrigos, las cenas que terminan con un chocolate caliente y... San Alberto. Sí, la fiesta de mi querida Facultad de Ciencias. Sí, yo una vez fui inteligente y empecé Estadística ahora todos nos sabemos la frase que me toca: "El que vale, vale y el que no..." Ya sabéis. Lo dicho, hoy (a estas horas debería estar de camino a Salamanca pero soy guay y me fugué ayer) empieza mi fin de semana de descanso de tanta economía para volver a ver todas y cada una de las cosas que adoro de esa ciudad.
Lo dicho, como podéis ver es una entrada programada pero es que no quería que este día se perdiese en el tiempo y poco más que decir: uhmmm ya tengo la fecha de los exámenes T_T (por mi cara ya sabéis no?) pero es lo que toca. 
Ah! Other thing ¡Chan Chaaan! También queda menos para otra cosa más bonita y más chachipiruli ole esos casi 21 que se noten que es mi cumpleaños. Un mes y tres días para el pato con el bastón, aunque no lo parezca haré 21 :)
En fin pequeños saltamontes, espero que disfrutéis de este día casi igual que haré yo.


¡Feliz día de San Alberto a todos los estadísticos, matemáticos, ingenieros de todo tipo, biólogos, físicos y demás seres que pasan más tiempo en zacut que en casa...! 

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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...