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Resultado de un viaje.

Después de ese momento incomodo del cristal, acomodas tu pelo. Fue una buena idea dejarte esa larga melena, ahora puedes recogértelo o simplemente tapar tus mejillas color frambuesa.
Miras al frente y encuentras dos ojos extremadamente marrones, extraordinarios. Sonríes, es totalmente un reflejo de tu pensamiento. Es, es sumamente perfecto. Aún sigues anestesiada por ese frío cristal cuando escuchas "Es un placer compartir una afición con una persona, adoro pegar mi cara al cristal. Me hace pensar que no hay nada de lo que preocuparme, ¿tú que crees?".
Sin saber muy bien han pasado las dos horas de viaje entre historias, anécdotas, risas y más de una mirada. 
El tren para y debes bajar, te despides desde tu lado del asiento, él sin embargo no baja del tren. 
Supongo que esto es un adiós, un "me hubiera gustado seguir conociéndote". Podríamos firmar un capítulo más de tu vida con la T de Tópico, y en este momento, justo cuando el tren sigue su viaje te das cuenta que dejaste olvidado tu libro en el vagón. Te das la vuelta, agarras tu equipaje y te dispones a correr cuando te tocan por la espalda: "Chica del Botón Rojo, creo que esto te pertenece, ¿verdad?".

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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...