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Este mes es interesante. Este mes está lleno de eventos. Es el cumpleaños de mi prima, sí los 18, está en mis manos la fiesta de "los amigos" y estoy venga a darle vueltas a ver que hago así que entre eso, los trabajos y que los exámenes están a la vuelta de la esquina tengo esto... ¡ABANDONADÍSIMO! Pues lo dicho, que ya os colgaré una foto de esta aventura de la Chica del Botón Rojo (espero que nos lo pasemos de maravilla y que no llueva como está acostumbrando últimamente este tiempo loco).
En fin, poco más es lo que se cuece por estos lares, estrés, estrés y mucho twitter. Si el tiempo mejora me gustaría hacernos unas fotinos, sí mi botón rojo y yo, por ahí ya que estamos en primavera, o eso dicen claro.
Mientras tanto, lo dicho pasad un buen fin de semana (es lo que ocurre cuando no tienes clase los viernes, que ya comienzas el finde el jueves).

Nos leemooooooooooos~~

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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...