Doy un sorbo largo de vino, aprieto en mi mano fuerte el botón rojo y tomo impulso. El primer intento en vano, me siento de nuevo. El segundo es el que me lleva a recoger lo último que me une a ti en esta casa pero no sin antes recordar lo que vivimos juntos.
Cojo el sombrero, lo observo y me lo pongo. "¿Recuerdas aquel día de viento? Sí, aquel en el que te empeñaste en llevar sombrero sabiendo bien que saldría volando. Gracias a él nos conocimos. Gracias a que el viento hizo caer un sombrero en mis manos mientras, como de costumbre, caminaba cabizbaja. La sorpresa llegó cuando al alzar la vista vi los ojos que acompañaban a aquel sombrero. ¡Qué recuerdos...!"
Qué felices fuimos en ese momento y ahora... ¿Ahora qué nos queda? Vuelvo hacia la butaca, meto el sombrero en la caja y sirvo otra copa de vino. Aún queda tu bufanda de cuadros.
Cojo el sombrero, lo observo y me lo pongo. "¿Recuerdas aquel día de viento? Sí, aquel en el que te empeñaste en llevar sombrero sabiendo bien que saldría volando. Gracias a él nos conocimos. Gracias a que el viento hizo caer un sombrero en mis manos mientras, como de costumbre, caminaba cabizbaja. La sorpresa llegó cuando al alzar la vista vi los ojos que acompañaban a aquel sombrero. ¡Qué recuerdos...!"
Qué felices fuimos en ese momento y ahora... ¿Ahora qué nos queda? Vuelvo hacia la butaca, meto el sombrero en la caja y sirvo otra copa de vino. Aún queda tu bufanda de cuadros.