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Se me olvidan las entradas.

¡Buenos días después de... MUCHO! Lo sé, lo sé... Pero es que no he sacado tiempo, hasta se me ha olvidado poner la entrada de mi cumpleaños que ya hace prácticamente una semana, la de la celebración en Salamanca con Cueti (hace ya más de una semana...) que fue... Sin palabras, el mejor regalo de todos. El concierto de Maldita Nerea. Sólo me pasaba por aquí a desearos que paséis una feliz noche y esas cosas que se suelen decir pero que luego, en realidad, nadie piensa, que es un mero palabro que soltamos para satisfacer a los demás.
Me voy a desviar del tema lo sé, pero me apetecía soltarlo : ¿A quién le gusta la navidad? A mí me gusta la idílica que sale en las películas que te echan todos los años, esas son las que me gustan a mí. Estas no son más que cenas en las que echar de menos, no más.
En fin, no hay que ponerse triste porque... Prometo (prometo no, que sí que vuelvo) que tengo muchas entradas pensadas ya para este año 2012 (otra entrada que se me olvidó la del 21...¡CACHIS! si es que soy un desastre), aunque quede poco espero aunque sea programarlas ahora y que se vayan soltando solinas.

Pues nada, lo dicho, que paséis unas felices fiestas, a los universitarios les doy mi pésame, sobretodo a los novatos que no saben que el año pasado fueron sus últimas vacaciones en condiciones, que salgáis lo que tengáis que salir pero que estudiéis mucho, mucho, mucho como hago yo (venga que trola más grande...NO).

Un beso pequeños saltamontes.

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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...