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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Cuentos

"Mas yo tengo fe en que despertaré y tú me amarás, se hará realidad lo que yo soñé..." Y como siempre me pierdo entre historias de princesas y demás encantadores personajes. Todo parece tan... ¿Real? Pero todo acabará cuando despierte, o ¿no? Doy vueltas en mi cama, estas sábanas azules me hacen creer que realmente estoy cubierta por ese vestido soñado y sin quererlo mis pies bailan al compás de la música. Esa canción. Y así despierto, otro día normal, otro monótono y sin saberlo es el día. Sí, hoy. Ahora sin imaginarlo llevas ese vestido, te sientes tan bonita y al igual que en esa canción aparece él, tu príncipe. Pero esta vez modificamos el cuento, esta vez es El Chico del Botón Rojo. "¿Pero no te acuerdas? Ya nos habíamos conocido antes. Tú misma lo has dicho, una vez en un sueño..."

Sin saber como ha sido.

Sin saber como ha sido, voy a colarme en tu mente. Estás sobre aviso, voy a comerte.

Mudanzas (III)

Ojalá tuviese mi radio aquí y me animase a cerrar por fin todas estas cajas de una vez. Me acerco de nuevo al perchero esta vez con mi copa de vino sin empezar en la mano. Con la mano izquierda toco la suave bufanda, doy un trago largo y suelto la copa en el suelo. Al unísono voy desenroscando tu bufanda del perchero. Aunque en pleno agosto la enrollo al cuello. Aún huele a ti, aún me da ese calor que un día me dabas tú. "¿Recuerdas aquel día? Sí, el día en el que me diste el primer beso, aquel en el que enrollada igual que hoy a tu bufanda me dijiste al irme: "Eh! Te llevas algo mío"  y al acercarme quitando la bufanda del cuello me robaste un beso. Un beso perfecto, un beso largo pero a la vez tierno. Todo en su justa medida. Me acariciaste la cara y me dijiste otro día paso a por mi bufanda"  y te marchaste, al igual que ahora lo único que sé es que ya no volverás a por tu bufanda ni a por otro beso igual que ese. Mientras recuerdo estas cosas tengo apretado ent...

Mudanzas (II)

Doy un sorbo largo de vino, aprieto en mi mano fuerte el botón rojo y tomo impulso. El primer intento en vano, me siento de nuevo. El segundo es el que me lleva a recoger lo último que me une a ti en esta casa pero no sin antes recordar lo que vivimos juntos. Cojo el sombrero,  lo observo y me lo pongo. "¿Recuerdas aquel día de viento? Sí, aquel en el que te empeñaste en llevar sombrero sabiendo bien que saldría volando. Gracias a él nos conocimos. Gracias a que el viento hizo caer un sombrero en mis manos mientras, como de costumbre, caminaba cabizbaja. La sorpresa llegó cuando al alzar la vista vi los ojos que acompañaban a aquel sombrero. ¡Qué recuerdos...!" Qué felices fuimos en ese momento y ahora... ¿Ahora qué nos queda? Vuelvo hacia la butaca, meto el sombrero en la caja y sirvo otra copa de vino. Aún queda tu bufanda de cuadros.

Mudanzas (I)

En esta casa vacía en la que tan sólo quedan una butaca y un perchero, en esta en la que un día inundaron sentimientos y pasiones hoy tan sólo queda eso, soledad y un manojo de recuerdos. Suelto las últimas cajas en el suelo, acaricio esta butaca y me siento por última vez como si fuese la primera y me pierdo entre relatos mentales de historias pasadas. Abro una de las cajas y saco una copa. Sigo buscando entre las cajas y encuentro la botella, sí la última que compramos juntos. Ahora siempre serán las últimas cosas. Me sirvo una copa de vino, observo, doy un trago y pongo mis piernas sobre el reposa brazos. Coloco mi cabeza sobre el contrario y miro hacia el techo, tres carcajadas y dos sorbos de vino. Mi pelo castaño cae por el lateral de la butaca y la suave brisa que entra por el balcón hace que se mueva poco a poco. Me incorporo al rato, suspiro, dos sorbos de vino más y ahí está, el perchero. Nunca fui capaz de recoger tu   bufanda y tu sombrero. Lo miro desde mi murall...

París.

Jugar a no ser nadie. Pasarte el día en la cama. Atrincherarte bajo la manta y crear un mundo irreal y a la vez perfecto. Tomar el té con tus muñecos sentados alrededor de una mesita baja "¿Quiere más té señor Oso? ¿Está suficientemente dulce Señorita Marie?" Es todo tan agradable en tu habitación, es tan grata la compañía de la soledad. Compaginar la rutina con estos momentos es imposible. Después de toda una divertida mañana, vuelves a la cama y todo es calma. Es la hora perfecta para leer, sumergirte en otro maravilloso sueño, una historia sin fin. En este cuento lleno de princesas y dragones siempre hay un salvador, un héroe que consigue apagar la tristeza de ella, de su querida amada. Cierras el libro y ves atardecer. ¿Realmente cuántas horas has perdido aquí metida? El tiempo dejó de marcar tu vida desde que él se fue. Asomada a la ventana ves llover. Sentada en la repisa cuelgan tus pies, algunas gotas caen en tus dedos. Es agradable pero no más que tú. Desde...

Rutina

Llegó la rutina. Los mismos caminos, la misma gente, los mismos temas de conversación y tú. Escondida entre mis libros paso desapercibida. ¿Quién se fija en la chica de gafas en las películas? Pues lo mismo pasa contigo. Todos hablan sobre perfección, parejas que son tal para cual y tal vez ni nosotros mismos lo sepamos o no queramos saberlo. Quizás. Todos los días igual. Las mismas horas, las mismas bromas y tú. Eran mis días tranquilos hasta que llegó la rutina de nuevo, llegaron tus ojos, tu sonrisa, esas cosquillas que sin poder pedir explicación me hacen perder la cabeza. "¿Raíz de 144? uhhmmmm ¿es 13?"  ¿lo ves? ¿Qué es lo que está pasando?... Y así todas las mañanas y tardes sin saber si saludarte, sin saber si la próxima vez que veamos me darás un beso de película y así cuando cae la noche mis sueños ponen el resto. Dulces sueños de madrugada, tristes despertares mañaneros.

¿Hay mayor placer?

"Dibujar corazones en ventanas, escuchar canciones en bucle y todo esto rodeada de cosas que me recuerdan a ti. Escribir en aquel libro de nuestras vidas. El día de mañana podré volver a leer esas letras y perderme una y otra vez en nuestras historias, en tus besos de miel, en tus caricias robadas, en tus ojos...  Mi pie derecho va a su ritmo, y marca el compás de tus pisadas. "No tiene cabellera hermosa, no es un metrosexual de la prensa rosa..." Suena y bailas a la vez que cantas "Prefiero estar contigo y convertir todos los meses en Abril" .  Últimamente no bajo de esta nube, ¿para qué? ¿Hay mayor placer? Los días que no está siempre estoy acompañada por él, por el Botón Rojo. Mi gran confidente, el que me da la fuerza para seguir adelante, para dar ese paso...  Y así, desde entonces y hasta ahora, son mis días, mis tardes y mis noches. Rodeada de todo lo que me recuerda a ti, dibujando una sonrisa en mi botón rojo..." Hacía mucho que no le...

Llenar de primaveras

    "Convertir todos los meses en Abril..." "No quiere ver que existe un Dios que puede mucho más que él pero me lleva al paraíso cada vez que hacemos el amor.."

Un chica con un botón rojo.

No soy esa clase de chica que ves y dices: "¡Esta debe ser mía!", lo sé. Un día me dijeron eso mismo, que tras conocerme gano mucho. Después de quitarme mi coraza, mis gafas y mis manías, tal vez si dejo hablar llame la atención. Así que esa soy yo, la que deja pasar oportunidades escondida pensando "Hoy no es el día, lo sé". Ando mirándome los pies, tampoco es que agache mucho la cabeza, no mido mucho. Me da vergüenza incluso respirar por si molesto. Esa soy yo. Otros días, más bien en los que estudio, me escondo tras dos o tres libros y miro a mi alrededor y no, no me dan envidia. Pero si pienso, ¿Cómo sería todo si yo fuese como ellas? Luego recuerdo que un día sin pensarlo y sin saberlo apareció él. Sí, con mis gafas y mi flequillo mal peinado, ahí estaba yo y esta vez no tuve que quitarme las corazas ni dejar de hablar, a él le gustó. Cogió mi botón rojo y sonrío, y yo aún más. Así que con las mismas y hasta ahora, de momento, no me importa como sería...

EH EH EH :)

¡Buenos días! Perdonen mis días de vagueza pero es que andaba celebrando que... APROBÉ HISTORIA, SÍ, SÍ, SÍ :D Ahora sí, soy todo vuestra.

ALERTA ROJA. EXAMEN.

Deseadme suerte pequeños seguidores del botón rojo, pues la Chica del Botón Rojo tiene mañana examen de Historia Económica. He estudiado mucho, mucho, mucho... Espero que la cosa salga bien y llevaré todos mis amuletos: -El botón rojo, por supuesto. -La pulsera de perlas que siempre me quito al escribir. -Las uñas verdes, verde esperanza que me recuerda a él. -Y la última adquisición: LA POSTAL DE PARÍS DE MI QUERIDA REYOS  . Sí, estando de interraíl me ha mandado una postal, muy mona. Me ha sacado una sonrisa y si ha llegado hoy, justo antes del examen será por algo. Un beso a todos y en cuanto acabe con el examen maldito seré toda vuestra.

Radiofutura

En la radio suena tu canción. Cuando digo tu quiero decir mía, cuando digo mía quiero decir te quiero .

Déja(me)

Déja me que piense que pasará el día de  mañana cuando te vuelva a ver. Déja me soñar que eres tú el que duerme a mi lado. Déja me sentir pero no me dejes de sentir.