Dicen que no deberías probar algo más de veintiún días seguidos porque crea adicción. Esos son, exactamente, los días que llevamos sin vernos.
¿Mañana ya no pensaré en ti? ¿Mañana serás una persona más?
Déjame que lo dude, déjame pensar que lo nuestro es atracción pura desde el día en el que nos vimos. Que tus manos necesitan mi cuerpo, como mis labios necesitan los tuyos.
Quizá nuestra química supera las teorías. Déjame pensarlo.