Metió la llave en la cerradura de esta nueva casa. Entró y vio esas habitaciones vacías.
Se sentó en el suelo y esperó.
Cerró los ojos y al abrirlos ahí estaba esa cama tan grande y cómo no, vacía también.
Sacó de las miles de cajas de cartón, cientos de cojines de diferentes tamaños y colores y los puso encima de la cama.
Miró desde el otro lado de la habitación y esperó el momento justo para echarle de menos. Esperó el momento justo para soltar la última lágrima.
Después se lanzó a la cama y entre todos los cojines, miró a ese espectacular balcón y sonrió.
Se sentó en el suelo y esperó.
Cerró los ojos y al abrirlos ahí estaba esa cama tan grande y cómo no, vacía también.
Sacó de las miles de cajas de cartón, cientos de cojines de diferentes tamaños y colores y los puso encima de la cama.
Miró desde el otro lado de la habitación y esperó el momento justo para echarle de menos. Esperó el momento justo para soltar la última lágrima.
Después se lanzó a la cama y entre todos los cojines, miró a ese espectacular balcón y sonrió.