Hace poco escuché una canción. De esas que dices "está hecha para mí". Me ayuda a superar ciertos momentos del día. El caso es que hay otra que no puedo escuchar sin que el corazón se parta en dos, aparezca tu cara y duela. Quizá el tiempo lo cura todo, quizá el miedo a sentir que todo cambió pero no es así. Sinceramente, hay días que no recuerdo tus facciones, si tu pelo era más o menos rizado. Tu olor, tus manos. Y sin embargo hay días en los que rogaría que todo eso desapareciera de mi mente.
Juegos del azar, mi mente traicionera. Suena esa canción en la radio y vuelves a salir tú. Sonriendo, cantando en el coche cuando todo estaba bien. Cuando todavía podía abrazarte.