La pasión, entrelazada con los sentimientos, los suspiros esperando un beso, una llamada, una palpitación. Te echo de menos.
Duele, te echo de menos, duele aún más cuando pienso si algún día te quise. ¿Era amor? ¿Verdaderamente era amor? Joder que si duele, era amor.
Nadie elige en qué momento sentir algo por otra persona, nadie elige sentirse feliz entre unos brazos u otro. Y es por eso que ahora, entre los que he elegido, no soy feliz. Intento sentir esa misma pasión, dejarme llevar igual que lo hacía contigo, pero es imposible. Te echo de menos, cierro los ojos y te pienso, te huelo, te siento.
Hace un tiempo, alguien me dijo, ¿Qué tendrá esa persona que ha logrado colarse en este frío corazón tuyo? ¿Sabrías responderle? Quizá estabas en el momento justo, en preciso instante en el que mi corazón ignoró por completo a la razón y se lanzó, sin flotador, a un mar de dudas. Y se ahogó.