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Mostrando entradas de septiembre, 2019

Quiéreme como nunca

Es verano en mis costuras. Es invierno en mi corazón. Son tus manos rozando mi cintura. Es la brisa del mar haciendo volar mi pelo oscuro. Te temo, porque te quiero. Me aferro a ti, mi clavo ardiente. Vuelo, río, me quemo, y vuelvo al inicio.

Atardecer a tu lado

Déjame quererte. Tenía claro todo lo que quería, tenía claro todo lo que necesitaba en ese momento. Todo. Todo menos ese final. Es una pesadilla, te repites, es una pesadilla. En efecto, despiertas y miras el reloj  ¡aún faltan cinco minutos para que suene la alarma! Uno de esos días en los que te asomas a la ventana y ves el día tan horrible que se presenta. Suena la alarma y empieza la mañana; ese gallo despertador no es tan buena idea como pensaste. Dos minutos, pasan dos minutos desde que sonó y sigues asomada, mirando la gente pasar. Suena el teléfono: "Ey, ¿estás despierta?"  tu extraña  manera de decir: ¡buenos días, princesa! Comienza el otoño, el atardecer del año.

Esto (no) es lo que yo llamo diversión

Cuando menos creía en el destino, más se obcecaba en hacerse presente. No te conozco y ya te echo de menos. Mis noches en tus manos, mil horas de contacto. Pero algo me dice que vaya despacio, que me precipito como siempre. Correr, correr sin mirar al frente. Sentarme a recapacitar si fundirme en tus besos es lo que quiero o lo que me imponen. Si mis años me pesan o es tu forma de decirme te quiero. Si son tus dedos coleccionando momentos. ¿Puedes enamorarte en veinticuatro horas? O ¿esto solo ocurre en las películas? Princesas, ranas, sapos y culebras. Todo un juego de niños siendo adultos.

Viajar al futuro o al presente

Si te preguntas qué prefieres hacer, viajar al futuro o al pasado, ¿qué harías? ¿Repetirás una y mil veces los buenos momentos? ¿Cambiarías aquellos que te hicieron daño? O por el contrario, ¿te adelantarías al dolor? ¿Compruebas que serás feliz? Piénsalo, tómate tu tiempo. Ahora empezaré yo. Vivo atada al pasado y presa del futuro. Tiendo a dejar hacer las cosas sin pensar porque tengo un plan. Perdón, tenía. Tenía un plan. Mi vida rosa cambió, si es que alguna vez existió. Creí ser feliz, creí que todo era infinito pero debí seguir mi instinto matemático y comprobar que infinitos son los números imaginarios. Imaginamos que somos felices, el dolor empeora. El riesgo es excesivo, pero la vida se escapa. Qué ganas de llorar mientras escribo todo esto, y todavía no he contestado. Pensando en todo lo que fui y ya no. No puedo estar siempre persiguiendo el hilo rojo. Yo elegiría poder ver mi futuro. Desde una rendija, y volver. Volver corriendo. Pero estaría regresando al pasado, ...

Lo bueno es lo correcto

Es la primera vez que pienso en ti, te echo de menos y estoy feliz.  Ay, que caprichoso el destino. Te cruzaste tantas veces en mi vida que pensé que eras lo correcto. Otro error.  Pero de verdad, hoy, puedo decirte: ¡hasta pronto compañero!

Catedrales de sal

Qué tendrán los besos que nos damos. Qué veneno tendré en la piel. Cuál será mi próximo destino en el paraíso de tu cuerpo. Ay, cariño. Nosotros sumamos, lo nuestro es adicción . Es poesía, son miradas, son tus labios en el atardecer cuando cae el sol.  Dinámico, sin mirar atrás. Catastrófico, pero nos da igual. Errores que acumulamos pero saltamos la piedra, nunca caemos. Rendida ante tus dedos pidiendo permiso para alcanzar el cielo. Sin hablarnos, pero sí mirarnos. Viaja, sueña, ríe pero de mi mano.. Catedrales de sal, y tal vez limón. Locuras en paraguas,  amarillos chillón. Pijamas azules, bailes de salón. Susurros al aire con sabor a mar. Cocinar tus deseos más oscuros, con el carbón de tus ojos. Despierta porque esta aventura acaba de empezar.