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 "A veces la realidad se distorsiona y no logramos ver las cosas realmente como son. Hay días en los que esas pinceladas de felicidad no nos deja ver todo lo sencillo que es el Mundo. Creemos vivir en un séptimo cielo, si me apuras en un noveno. Por encima de nuestras posibilidades pero en realidad, eso es bueno. Somos felices, ¿verdad?"
 Perdemos demasiado tiempo buscando la felicidad y de lo que no nos damos cuenta es que está más cerca de lo que creemos. Hay veces que simplemente con mirar hacia un lado podemos encontrarla, hay veces... Repetimos tanto esta expresión que podría decirse que "es como de la familia". Y es que sencillamente es así, siempre que no quieras encontrar algo, ahí estará esperándote con esa encantadora sonrisa que dice: "Has tardado demasiado en darte cuenta..."
Otras simplemente la historia se repite, una y otra vez como esta foto. Distinto color pero en realidad la misma persona, el mismo sentimiento, la misma sonrisa de gato, la misma sonrisa fácil.
Unos días son buenos otros son incluso mejores, ¿qué creías? Hoy no quiero escribir cosas tristes, hoy quiero terminar todas mis historias con una sonrisa, con ese "Has tardado demasiado en darte cuenta...", con ese beso antes de dormir, contigo a mi lado (o al menos en mi mente mirándome desde lejos).
Hoy acabo esta entrada con una sonrisa y sobretodo con muchas ganas de seguir escribiendo.





Atentamente, La Chica del Botón Rojo.

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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...