Vivir bajo incertidumbre. Ella lo hace. Ojalá yo pudiese seguir siendo, al igual que ella, esa chiquilla que un día se acurrucó en tus brazos y que otro, sin más, dejaste marchar. Demasiada envidia por momentos aunque ninguna cuando pienso en la de cosas que se ha perdido por quedarse atrás.
A veces, la tristeza nos invade, los recuerdos nos hacen un nudo en el estómago y no nos dejan seguir adelante.
El gran día se acerca y no dejo de pensar en una única cosa, es la primera vez que no estarás a mi lado, no apretarás con fuerza mi mano para dar el paso hacia una nueva etapa.
Cuando te echo tanto de menos, alguna que otra lágrima resbala por mis mejillas. Es entonces cuando cierro los ojos e imagino que que vienes, sacas un pañuelo y suavemente la retiras de mi cara, después metes el húmedo pañuelo en el bolsillo y guardas ese momento para siempre.
Este año es especial, diferente, agridulce pero no deja de ser otro año más.
Yo te seguiré escribiendo como todos los días en mi diario, os enviaré fotos, guardaré un pedazo de tarta para vosotros y os llamaré por Navidad.
A mi querido compañero navideño, siempre te echaré de menos. Tu asiento jamás podrá ser ocupado por nadie porque sigo esperando verte entrar por esa puerta y oír "Siento el retraso...".
Sin más, te quiero.
A veces, la tristeza nos invade, los recuerdos nos hacen un nudo en el estómago y no nos dejan seguir adelante.
El gran día se acerca y no dejo de pensar en una única cosa, es la primera vez que no estarás a mi lado, no apretarás con fuerza mi mano para dar el paso hacia una nueva etapa.
Cuando te echo tanto de menos, alguna que otra lágrima resbala por mis mejillas. Es entonces cuando cierro los ojos e imagino que que vienes, sacas un pañuelo y suavemente la retiras de mi cara, después metes el húmedo pañuelo en el bolsillo y guardas ese momento para siempre.
Este año es especial, diferente, agridulce pero no deja de ser otro año más.
Yo te seguiré escribiendo como todos los días en mi diario, os enviaré fotos, guardaré un pedazo de tarta para vosotros y os llamaré por Navidad.
A mi querido compañero navideño, siempre te echaré de menos. Tu asiento jamás podrá ser ocupado por nadie porque sigo esperando verte entrar por esa puerta y oír "Siento el retraso...".
Sin más, te quiero.