- ¡Quiero un pez de colores!
+ ¿En serio? ¿Sabías que la vida de esos peces es muy corta?
- Pues por eso mismo, así no llegaré a cogerle ese cariño especial que tuve una vez.
+ Pero, ¿no te dará pena que se marche tan pronto de tu lado?
- ¡Qué va! Un compañero fiel, jamás se saldría de su pecera, siempre me alegraría ver sus colores y sin más cuando se vaya ¡compro otro! Es así de simple, es así de maravilloso creerse Dios.
+ ¿En serio? ¿Sabías que la vida de esos peces es muy corta?
- Pues por eso mismo, así no llegaré a cogerle ese cariño especial que tuve una vez.
+ Pero, ¿no te dará pena que se marche tan pronto de tu lado?
- ¡Qué va! Un compañero fiel, jamás se saldría de su pecera, siempre me alegraría ver sus colores y sin más cuando se vaya ¡compro otro! Es así de simple, es así de maravilloso creerse Dios.