Puede que no sepa lo que es querer. Que simplemente siga persiguiendo esas cenizas de lo que fuimos. De lo que un día nos dijimos. Le miro, me pierdo con su olor, me sonrojo si me dice cualquier tontería. Le miro y te echo de menos, quiero tus abrazos cuando me fundo en sus ojos. Quiero tus besos cuando me habla. Joder, sí que lo quiero.
Te echo de menos en el cuerpo de otro. Te echo de menos, amor. La soledad está bien, pero ¿no crees que es hora de que vuelvas? Ya ha pasado bastante tiempo, demasiado diría yo. Quisiste visitarme hace un año y no salió como queríamos, me la debes. Te necesito, déjame sentirte de nuevo.
Creo que desde que estaba en el colegio no sentía este "dolor", llamémoslo así, esa intensidad en el corazón cuando paso cerca. Quizá siempre había sido correspondida en cierta medida, o simplemente se me pasaba la "tontería" pronto. Quizá porque esta vez es distinto. ¿Qué clase de imán tiene conmigo? Es su gravedad, tan certera que me atrae incluso a km. Cierro los ojos y te siento tan cerca y a la vez tan lejos, a la distancia exacta. Tres mesas y un pasillo.
Te echo de menos, vuelve, por favor. Recordemos este verano, como aquel en el que regresaste para quedarte.