Hoy no es veinte de abril, ni tampoco son los noventa. Ojalá, diríamos muchos, aunque por esas fechas estaba en proyecto. Hoy es veintiséis de abril y estamos en los nuevos años veinte . Esos que empezaron fuerte, esos que nos quitaron los últimos vestigios de juventud que algunos todavía seguimos anhelando. Estos dos últimos años, tan extraños, tan duros, convirtiéndonos en personas, creo yo, más frágiles y expuestas, porque lo que es fuerte... No, queridos, yo no he salido más fuerte de esta locura de años veinte. ¡ Bienvenidos al show de los nuevos maravillosos años veinte! Podrían considerarse los peores años de los treinta que tengo. Se han concentrado tantas cosas malas, alguna buena, pero tantas malas, tanto dolor que confesándolo, no querría volver a ese marzo de dos mil veinte, porque no querría volver a vivir estos dos años. Me echo de menos, echo de menos a otros, y echo de más a bastantes que se quedaron por el camino y ¡gracias!. Estos años he aprendido a decir: "No...
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.