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Bipolar

Es que ya no somos tú y yo. Hace tiempo que las horas pasan y parecen años queriendo ser otra persona. Que recuerdo tu olor y pido por favor que se vaya. Háblame de tus miedos, te contesté con mis mayores pesadillas. Perderme entre tus brazos, comprar un billete de ida y vuelta a tu corazón.
Te regalo una sonrisa y me devuelves indiferencia. Vuelvo a caer en tu red. Mentiras, besos vacíos de sentimiento.
Me he vuelto a perder entre estas líneas. No puedo, bipolar. Ven a contarme de nuevo esa historia en la que los enamorados se encontraban. Ven a contarme donde puedo encontrar el camino que me lleve de nuevo a ti.
Esta montaña rusa de sentimientos contradictorios. Donde nada es de verdad, donde tus besos me confunden y mis miradas se arrastran hasta conseguir una respuesta.
Que te quiero, que después nada es igual, que tienes mi vida en tus manos.
Que no tengo brújula y me pierdo sobre mis pasos hasta llegar a ti.

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En un beso infinito más uno.

Ella caminaba sin destino fijo por esa fría ciudad. Enfundada en ese abrigo amarillo, con esos guantes que aunque pequeños son justo de su tamaño y él, en su mente, claro. Mordisquea el cable de los cascos, mira la hora y parece que no pasa el tiempo. Paseos en soledad, sintiéndolo aunque lejos. Aunque efímero fue intenso, esporádico, sin sentido, sincero. Ella, no sabía mucho de matemáticas, tanto que sin mesura amó hasta quedarse sin reservas porque él dijo: "Yo te quiero hasta infinito más uno ¿tú? ¿Cuánto me quieres a mí?" . Pero nunca llegó a tanto, ni ella ni nadie.   Tantas hipótesis que nunca llegaron a ser investigadas, se quedaron en eso... En "y si..", en ayer.

In-felicidad

"Apoyarme en tu pecho, quedarme dormida leyendo un cuento. Oler tu perfume día tras día. Sentir tus suaves manos por mi espalda. Mirarte a los ojos y ver reflejada la felicidad. Costumbres que son difíciles de quitar..."

Días.

Pasan y pasan los días y ahí está ella sentada en aquel sillón que una vez significó tanto. Aquella butaca en la que se fugaron tantos suspiros de amor, tantos que en esa habitación apenas quedaba aire para respirar. Fue por esta razón que todo lo que con tanta delicadeza habían creado los dos se fue, se fue con el cantar de los pájaros dejando una fría mañana de invierno que dudaría hasta el día de hoy. Después de tanto tiempo ya tenía los ojos secos de todas las lágrimas que había derramado, de tantos llantos incontrolados, de tanta vida perdida sin motivo aparente. Pero es ahí cuando ella se da cuenta de lo que realmente significa vivir, de lo que no está ganando por estar lamentándose. ¡Es una idiotez! Abrir los ojos y ver un mundo diferente, lleno de luz y alejado de tanta oscuridad a la que estaba acostumbrada. Alzar la cabeza y darte cuenta de todo lo que te queda por hacer. Un impulso de felicidad hace que su cuerpo parezca que se eleva pero de repente, todo vuelve atrás. La...