Han pasado dos horas y mi corazón no late. No estás, por más que te busque, no apareces. Han pasado tantas cosas en dos horas que me moría por decírtelo. Jamás pensé que te necesitaba tanto. Mi mitad, mi sentido. Un té contigo, un abrazo como abrigo. Tu mirada perdida en la mía sin decirnos nada. Una caricia sincera, un día perdido en el sofá.
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.