La vida juega sus cartas y nosotros tratamos de averiguar cuál será la jugada. La maestra, la especialidad de la casa. Como títeres en sus manos, vamos de un lado a otro. Mi sincera disculpa ante ella, por todas las veces que he tratado de burlarme y encontrar un atajo. Tengo miedo y aprieto entre mis manos el botón rojo. Me cuesta respirar y mi voz se vuelve entrecortada. No puedo llegar a pronunciar tu nombre. Siempre en la sombra, siempre en silencio. Perdóname vida, perdóname por ser arrogante y querer anticiparme. Ahora mis manos se vuelven aire y yo me esfumo con ellas.
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.