Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2019

Un clavo no saca otro clavo.

Por mucho tiempo que pase, por muchas horas que yo invierta intentando olvidar cada beso, cada caricia, cada parte no exploradas aún de tu cuerpo, por mucho que pase, no serán iguales a los que hoy me acompañan. No debería haber pasado pero pensarlo ahora es más castigo todavía. Suspiros en la noche al imaginar que tu pecho es en el que reposa mi cabeza. Es injusto para ambos, es cruel para él. Pero es imposible no tenerte presente. Te quedaste clavado en mí, cada gesto insignificante que hace vibrar cada milímetro de mi cuerpo. Cada aventura descubriendo cicatrices antiguas. Pero todas contigo. Es injusto, él duerme sin pensar que no puedo pensar en otra cosa que no sea en tu recuerdo.

Mi merienda favorita

Medias sonrisas en una noche oscura. Se acaba octubre, comienza el frío y en mi interior un huracán de sensaciones.  Te quiero, te extraño, te miro, te pienso. Te conozco. Un té contigo, humeante. Una merienda de tus labios a los míos. Media sonrisa, media vida a tu lado y media aún por devorar.

Un agosto frío

Mis líneas escritas sobre papel mojado. Mis deseos quedaron atrás. Ha costado tantos años que aceptase esa decisión que mi vida no tomará el mismo sentido a partir de ahora. No estás y no vas a estar. Error tras error. Era la edad, era mi destino, era una niña y ya no estás. ¿Cómo puedo echar tanto de menos algo que apenas tuve cerca? Tu pelo rubio y ojos claros. De película. Me hiciste sonreír, aunque a penas durase. Me hiciste enfadar como lo que era, una niña entre tus brazos. Mi mayor locura hasta el momento, las ocho horas más largas de mi vida. Todo iba pasando despacio, todo iba siendo distinto. ¿Estará ahí? ¿Querrá saludarme? Pero me estoy adelantando. Las noches eran frías, demasiado incluso con guantes, pero no había mejor momento que el que me regalabas con tu sonrisa. Esa que ni siquiera sabías que me dedicabas y yo te devolvía en secreto. Pero por alguna extraña razón del destino llegó el momento de cruzarnos. Tú no me conocías pero yo ya soñaba con tu voz, sin h...

Son mis dudas

Miro el teclado y solo me sale quererte. Pienso y valoro las opciones y solo me queda olvidarte. Son celos, de verte en brazos de otra. De centrar tu mirada en algo que no sean mis curvas. Son celos. Duelen. ¿Por qué negarte que estoy mal? ¿Por qué fingir que todo es distante y frío a mi alrededor? En serio, qué difícil es mirar al más allá y no pensar en ti. Es extraño que no quiero un futuro a tu lado pero no imagino un presente que no sea contigo. Dudo de si es bueno volver a verte. Dudo si aún quiero entrelazarte con mis piernas pero mis ganas me convencen. Vuelvo al principio, solo me sale quererte.

Miedo

Tengo miedo a desaparecer. Tengo miedo a olvidar que no a ser olvidada. Tengo miedo a perderme sonrisas y triunfos de personas a las que quiero. Tengo miedo a no volver a querer, o quedarme  a las puertas de esa sensación. Tengo miedo, y es verdad. Es la primera vez que lo digo en alto, y cómo duele. La soledad duele, la tristeza pero ¿el miedo? Yo no sabía que podía doler.

Era mentira

Cierra los ojos, ¿qué es lo que ves? Piérdete entre mis lunares. Ciérrate camino a través. El corazón se llena de vida, el miedo a tu despedida. Todo fluye, nada permanece, pasa el tiempo, se desvanece. Sí, tú piérdete en mi sonrisa, el mar, la playa, tu mano, mi cintura;se lleva un te quiero la brisa. Vienes a mí, idiota ilusa. Me niego tres veces pero volverán a caer los tirantes de mi blusa.

¿Repetimos?

Es un error, me repito. Es lo correcto, me repites. Son tus labios en mi cintura, son tus dedos dibujando un te quiero en mi espalda. Es la risa de la noche de ayer intentando acercarte a mi cadera. Son las miradas en las que me pierdo mientras me susurras lo perfecta que te parezco. Es el dulce olor de la vainilla. Eres tú y yo no me reconozco. ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué me estás haciendo? Repito, es un error. Me repites, tienes razón.