Te fuiste ayer, tarde fría para ser verano. Yo me quedé terminando el puzzle de nuestras vidas. Sigo atascada con estas dos fichas, me esfuerzo en buscar la combinación, intentar que encajen. Un café, dos cervezas y muchas almendras después, las piezas siguen en la misma posición. Cada una a un lado de la mesa. Yo no elegí ser tan cabezona, con tan poco sentido del humor. Detesto el humo de tu cigarro, pero curiosamente, ahora lo echo de menos al leer en ese sofá. Echo de menos tus manos dibujando en mi espalda desnuda. Vuelvo con el puzzle sin solución, llevo meses con él sin resultado ninguno. Miro la caja, regalo tuyo, y ahora lo entiendo todo: Dificultad alta, sólo para expertos. A veces se me olvidaba cual era tu camisa preferida, pero jamás se me olvidará aquella mañana de primavera en la que me quedé dormida. Cogí el primer vestido que vi, rebusqué entre todos mis zapatos, colonia y subí a ese tren. Con un periódico más alto que yo, prácticamente, llamé la atención de ...
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.