Aceptemos decir las cosas por su nombre. Aceptemos admitir estar triste, sentirse solo y mirar atrás. Escuchar una canción y llorar. Echar de menos y que duela. Querer volver atrás y no poder levantarte de la caída. Extrañar momentos, vivir nuevos que no te llenan. Que duela decirtelo, que duela admitirlo, pero liberarte de sentimientos. Aceptemos la hipótesis nula de ser feliz sin tu ayuda.
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.