" Él. Decidí estar sola y apareció; la casualidad jugó bien sus cartas. Una noche, sin saber cómo ni porqué, nos cruzamos. Él dice que, desde ese día, se enamoró de mí; yo pienso que poco a poco fue ganándome. Ahora el Chico del Botón Rojo se cuela cada noche en mis sueños, me da un beso y se marcha. Todas y cada una de ellas. Ridículas son las palabras que digo, porque no sería capaz de describirlo. "Dudo que tú me quieras más", eso dice. Yo, sin embargo, le quiero, igual o más, pero siempre más concentrado.Le robo un beso y sigo escribiendo. ¿Os cuento un secreto? Hacía mucho tiempo que no era tan feliz ." Te sientas en esa butaca vacía, cierras el libro de la Chica del Botón Rojo y suspiras. Otra historia más que sientes tuya, otro beso que juraste robar tú. Pero eso no es lo que te preocupa ahora mismo, ¿cómo será el Chico del Botón Rojo? ¿Lograrás encontrar uno así? Todas esas respuestas, llegarán.
Como filosofía de vida tengo la frase "coqueta a ratos, croqueta siempre". Vivo atada a un recuerdo que cosí a un pequeño botón rojo. Escribo cosas sin sentido, sin motivo y sin razón. O tal vez no.